24 de gen. 2013

revista psychologies. Artículo "HECHO CON TUS PROPIAS MANOS"


ARTÍCULO "HECHO CON TUS PROPIAS MANOS"


En el mes de noviembre de 2012 colaboré con la 

revista PSYCHOLOGIES, NUM 94. sobre los 

diversos  beneficios de realizar trabajos manuales.




si quieres LEER ARTÍCULO DE LA REVISTA

(no se incluye la revista completa, sólo el artículo)



TE INCLUYO UN POCO MÁS DE REFLEXIONES QUE HE AÑADIDO AL ARTÍCULO:


Mucha gente que hace con frecuencia actividades manuales (como hacer punto) dice que le sirven para 'desestresarles', ¿pueden tener ese tipo de actividades un efecto 'calmante' o incluso 'terapéutico'?
Dicen que no se puede estar a la vez relajado y tenso. Nuestro cerebro no puede hacer las dos cosas a la vez. Cuando centramos nuestras atención en algo, el resto de aspectos (como el pensamiento, o incluso a veces el dolor) pueden pasan a un segundo plano. Es como las figuras conocidas como “figura-fondo”


Como por ejemplo esta imagen que puedes ver la cara de un hombre, pero si te fijas también puedes leer la palabra “liar” (pero no puedes hacer las dos cosas a la vez).


Cuando algo nos preocupa ocupa mucho espacio de nuestro cerebro y provoca una gran activación. Pero cuando centramos nuestra atención en algo concreto, estamos viviendo  en el AQUÍ y AHORA, es decir en el presente. Y si además en esta labor creativa llevamos una acción física o corporal mayor puede ser el nivel de relajación.







También pueden ayudarnos a conectar más con nuestras emociones, a estar menos en lo racional, en lo mental....

En muchas ocasiones la persona puede explicar o narrar aspectos de su historia o de su vida pero sin conectar con el aspecto emocional, o por otro lado puede pasar todo lo contrario; desbordarse emocionalmente sin poder elaborar o darle un significado a esto.  ¿ que hay detrás?, los motivos pueden ser diversos pero en general se debe a que no puede, no sabe o no quiere hacerlo.
Cuando se le invita a realizar una actividad manual en terapia el objetivo es que pueda conectar con esta parte más emocional y quizá poder hacer un trabajo más activo y diferente para conseguir cicatrizar estas heridas.
Se le puede proponer diversas actividades manuales (dependiendo de la creatividad del terapeuta), como dibujar, hacer un collage, utilizar barro,  utilizar plastilina, construir un cuento o una historia, metáforas…

He visto en muchas ocasiones personas que son “rumiantes” que le dan muchas vueltas a las cosas, que no paran de pensar (podríamos decir que se hacen expertos en esta capacidad) que cuando le propones que expresen como e sienten con el medio plástico se sorprenden, pero cuando empiezan a tocar el material el movimiento provoca una reacción emocional. Porque esta acción está conectada con el hemisferio derecho.

En otras ocasiones la persona no sabe cómo expresar o ponerle palabras a como se encuentra , esto les pasa con frecuencia tambien a los niños/as.

La actividad creativa no es racional, analítica, lineal, que busque objetivos (como pasa en el hemisferio izquierdo). Cuando se realizan actividades creativas se está trabajando con el hemisferio derecho, y como son actividades “inocentes” la parte cuestionadora baja “la guarda”. Es crear sin controlar.
Ejemplos se me ocurren muchos, pero voy  a explicar uno; una mujer de mediana edad explicaba que su abuelo tuvo una conducta inmoral con ella cuando era pequeña. Nunca había hablado de esto con nadie y después de explicar qué pasó le propuse que construyera en plastilina  cómo sería esa sensación y ese recuerdo. Construyó una figura plana (como una moneda) pero grande, donde por una cara había colores (explicando que sobrevivió a esto y descubrió que era una chica fuerte) y por la otra cara de la moneda dominaba el color negro. Cuando le pregunté qué quieres hacer con esta parte , la fue arrancando con fuerza de la figura, para posteriormente con el trozo negro desenganchado empezar a aplastarlo, chafarlo, tirarlo contra la pared, despedazarlo,  cada vez con mayor nivel de enfado. Lo estuvo haciendo todo el tiempo que lo necesitó y después decidió que ese trozo negro quería tirarlo a la basura. Su valoración al final de la sesión es que se sentía aliviada y que se había quitado un gran peso de encima.

Para ella mientras estaba haciendo la actividad  ese trozo negro de plastilina cogió el significado de lo que le hizo su abuelo. Su cerebro lo trataba “como si fuera”


Otro ejemplo que es el de diferentes personas que están narrando “racionalmente” lo que les pasa y se les propone  ir al suelo (rompiendo esquemas,  flexibilizando opciones) y se les propone como tarea que sigan narrando lo que les pasa, o lo que piensan pero dibujando a la vez un mándala pero con la consigna que  tienen que estar concentrados en el dibujo sin salirse de la raya al pintar. ¿Qué se consigue?, la persona no puede estar concentrada en lo que dice, ni en cómo lo dice si a la vez lo está en el dibujo, es decir no se juzga tanto, y  no puede pensar lo que va a decir Por lo que  “baja la guarda intelectual y racional” y de una forma fluida y relativamente fácil expresan emociones, y vivencias más personales, más intimas.


Ejemplo de un mandala:    



Un niño pequeño no sabe diferenciar ficción de realidad. Cuando por la noche chilla que ha visto un monstruo en su habitación, por mucho que se le quiera “convencer  de una forma racional” que no existen, que no hay nada en el armario, no se consigue que te crea. Uno de los motivos es que estamos hablando en idiomas (o dicho de otra forma; hemisferios) diferentes.  Una forma para poder ayudarle es conectar con “su realidad” y hablar en el mismo idioma. Por ejemplo decirle que dibuje (o construya de alguna forma plástica) cómo es ese monstruo, en qué momentos aparece, qué quiere, cuáles son sus armas…. Luego se le podría pedir que le dibuje una nariz de payaso, un gorro divertido, un traje de topos de colores diferentes…. Si  le preguntas si de esta forma le da igual de miedo, la respuesta normalmente es que ahora ya no (le has quitado poder a ese monstruo). Posteriormente se le podría pedir que construya un “lápiz mágico o con poderes”  que lo guarde en la memoria para poder utilizarlo cuando aparezca el temido enemigo.


Creemos que “los adultos” sabemos diferenciar claramente la realidad de la ficción, pero yo creo que no es tan fácil esto. Y científicamente hablando se ha comprobado que nuestro cerebro realiza la misma acción o actividad al recordar algo vivido, algo soñado o algo inventado.  Por lo que, por qué no utilizar este recurso para estar mejor, intentar liberase de cargas pasadas….


Las actividades que tienen un componente repetitivo, como por ejemplo tejer, pueden incluso servirnos como forma de 'meditación' (cómo los que repiten un mantra..)

Tanto para el mántra como actividades repetitivas como tejer, o punto de cruz es necesario un nivel de concentración (donde es posible que desaparezca el pasado y el futuro), solo existe el presente. La mente guarda silencio, y otro aspecto a destacar es que la motricidad fina al hacer la acción marca el ritmo del cuerpo, y como las manos son más lentas que el cerebro ralentiza todo lo que podría estar pasando dentro de él. Por lo que también se unen el ritmo cardiaco, pulsiones.


Por otro lado, las actividades manuales, ¿sirven también para estimular nuestra creatividad?
Siempre y cuando nos demos el permiso para ello. En muchísimas ocasiones cuando a una persona le planteas que se permita hacer un dibujo o cualquier otra técnica creativa  para expresar como se siente (ya que con las palabras no se atreve o no puede) la primera frase que suelo oir es “es que yo no sé dibujar, es que me sale mal. Por lo tanto no lo hago”.

Si partimos de la idea que Creatividad significa “facultad de crear de la nada, capacidad de creación”, todos tenemos esa capacidad y además se puede desarrollar. Solo hay que mirar a los niños pequeños qué  hacen cuando se les da plastilina o colores, se dedican a mover la mano con toda fluidez y naturalidad. Y podemos ver cómo se van relajando y centrando su atención a medida que avanzan en la obra ¿Qué hace que una persona de pequeño tenga esta capacidad y de adulto no la lleve a término? Yo creo que tenemos muy interiorizado el concepto de “bonito-feo”, “correcto-incorrecto”.  Esto son juicios y mientras esto ocupe un espacio en nuestra mente y en nuestras acciones no nos dejaremos llevar por la creatividad.

¿Qué seria conectar con nuestra parte creativa? Escuchar nuestro cuerpo y a nuestras emociones y luego dejarlas salir sin mirar cómo queda. La pregunta al finalizar podría ser ¿He conseguido expresarme?, o ¿esto que he construido expresa cómo me siento o cómo está mi cuerpo? Si la respuesta es afirmativa, felicidades. Otra idea sería coger el material (por ejemplo plastilina, barro y dejar el material en las manos y que ellas hablen por ti, o cerrar los ojos y sentir el material como se mueve en tu palma).

A más prácticas más fluidez adquiere tu cuerpo para expresarse.

Al final conectar con la creatividad es una actitud, es confiar en uno mismo, es darte el permiso a experimentar. Para ayudar a abrir la puerta a esta capacidad es empezar planteándose estas dos cuestiones: ¿me es útil? y ¿Qué es lo peor que puede pasar si no sale como yo quiero?; 

Quizá también puede ayudar planteándose “objetivos suficientemente pequeños para que la sensación de éxito esté asegurada”.  Es decir dividir la situación en Otras de grados de dificultad diferente, (por ejemplo, primero probar con un dibujo de colores, luego con otros materiales como cortar trozos de fotografías y hacer un collage, plastilina, barro, platos de comida…)

Sí que me gustaría acabar comentado que a más se practica conectar con la parte creativa de uno mismo, más habilidad se adquiere en expresarse (como muchísimos otros aprendizaje).


“La creatividad es la inteligencia divirtiéndose” Albert Einstein